Idiosincrasia y valores
Bandera de la S. D. Tenisca en el Estadio Virgen de Las Nieves
La Sociedad Deportiva Tenisca aspira a continuar la senda de su centenaria historia mediante el asentamiento de una entidad deportiva sólida, reconocida y respetada por su excelencia en la gestión deportiva integral tanto en la en la isla de La Palma como en el conjunto del archipiélago canario.
- Valores
Los valores de la Sociedad Deportiva Tenisca se configuran como una serie de principios, rasgos y cualidades que han ido tejiendo una valiosa idiosincrasia e identidad durante el más de un siglo de historia de la entidad.
Asociacionismo y modelo de propiedad
La Sociedad Deportiva Tenisca goza de un arraigado sentido asociativo, destacando, desde sus inicios, su existencia como entidad deportiva sin ánimo de lucro propiedad de sus personas socias.
Su modelo de gobernanza es eminentemente democrático, siendo la asamblea general el órgano supremo de la entidad y la junta directiva el de gobierno. La Sociedad fomenta la participación de sus asociados en la vida diaria de la misma, creándose un acusado sentido de propiedad compartida que hace honor a un axioma básico: «el Tenisca es de los socios/as».
Pluralidad ideológica. Transversalidad social
Uno de los rasgos históricos más acentuados de la entidad es su capacidad de aglutinar en su masa social un amplio abanico de personas de distintas sensibilidades políticas, morales y clases sociales.
La Sociedad Deportiva Tenisca se configura como una causa en sí misma y las personas sentimentalmente unidas a la entidad colaboran juntas en su porvenir con independencia de sus creencias, afiliaciones políticas, valores personales o condiciones sociales.
Marcada institucionalidad
Fruto de su convencimiento de formar intrínsecamente parte de la sociedad capitalina y palmera a raíz de su siglo de trayectoria, la Sociedad Deportiva Tenisca destaca por su sentido de la institucionalidad, colaborando de forma activa con todas las instituciones públicas y privadas municipales, insulares, autonómicas y nacionales.
Orgullo y sentimiento de pertenencia
Los tenisquistas de hoy mantienen una notable conexión con la entidad debido a un arraigado sentimiento compartido nacido de los recuerdos adquiridos durante la infancia y una notable siembra de los valores del tenisquismo por vía familiar, a veces durante varias generaciones.
Resiliencia ante la adversidad
Debido a su larga trayectoria, la historia tenisquista ha estado salpicada por numerosos procesos de toda índole que han amenazado su propia existencia. Desde acontecimientos externos—guerras civiles, cambios de régimen, crisis económicas, erupciones volcánicas o pandemias— como internos, como la desaparición del Campo de Bajamar, malos momentos deportivos, económicos o institucionales.
Frente a todos ellos, la Sociedad Deportiva Tenisca siempre ha mostrado una innata capacidad de adaptarse a las circunstancias, buscando la forma de continuar la senda de su historia. Es en esos momentos, curiosamente, cuando el tenisquismo más ha estado movilizado.
Defensa y mejora de su patrimonio
La propia existencia de la Ciudad Deportiva Miguel Hernández Ventura, su naturaleza de recinto privado y la historia de su construcción —donde participaron de forma altruista centenares de tenisquistas— ha ido creando una cultura de orgullo social hacia su patrimonio unido a la concienciación de la permanente mejora del mismo en base a criterios de eficiencia y sostenibilidad que tiendan a disminuir la carga presupuestaria que deriva de su mantenimiento.
Cuidado de la juventud
Otra de las señas de identidad de la Sociedad es la importancia histórica de la juventud en su trayectoria, simbolizada con la célebre frase del himno: «vamos por la senda de nuestra juventud». Paralelo a ello, tradicionalmente la entidad ha abanderado el fútbol insular y el de cantera, fomentando la participación de jugadores canteranos y palmeros en el primer equipo durante un siglo.
Competitividad con valores
Si por algo se caracteriza a nivel deportivo al Tenisca es su reconocida competitividad en las categorías que milita, luchando por la victoria pero reconociendo la derrota como parte del juego.
Dicha competitividad se ha construido mediante una serie de valores como compañerismo, igualdad, espíritu de superación, respeto, reconocimiento, humildad, disciplina, educación o saber estar.
Estos rasgos se extiende a compañeros, adversarios, árbitros y resto de personas que forman parte del deporte.